“Se le llama Xanga a un conjunto de hierbas que contienen DMT (Dimetiltriptamina) y que es el mismo principio activo responsable de las visiones en la Ayahuasca.

Ayahuasca como Xanga proporcionan visiones para la sanación a partir del mismo componente químico, el cual también segrega en menor cantidad nuestra propia glándula pineal en el cerebro.

La Xanga, a diferencia de la Ayahuasca, se toma mediante la respiración diafragmática, inspirando a través de una pipa. No es necesario inspirar mucho para empezar a sentir los efectos, que serán intensos y cortos, aproximadamente 15 minutos. Estos carecen de náuseas y vómitos (propios de la Ayahuasca) pero son ricos en visiones y mensajes para enderezar nuestro ego y que nos acercan a la conciencia, ayudándonos a cambiar patrones y hábitos dañinos y aportandonos paz y serenidad interior. “

El DMT es el que impulsa a la consciencia que tienes de ti mismo, normalmente unida y simultánea de tu ser y de tu cuerpo, a dar un salto cuántico al dividirse en dos estados: una híper conciencia que flota fuera de tu cuerpo utilizando como vehículo al cuerpo astral y una consciencia inconsciente, un piloto automático que se encarga de las labores de mantenimiento del cuerpo.

Con Xanga el participante tiene acceso a sus propios procesos físicos y mentales mediante imágenes altamente simbólicas, parecidas a los sueños. Se pueden resolver problemas personales difíciles y sentirse mejor.

Engloba las experiencias de renacimiento,  de gran contenido espiritual, se puede llegar a experimentar una “completa y radical” separación entre conciencia y cuerpo. Es un renacimiento místico.