Los ojos son la puerta del alma, curarlos con el poder de la Sananga es poder verte a ti mismo.
Es aprender ver con Amor, toda la creación.
El espíritu guardián de la Sananga trabaja una profunda limpieza de energías bloqueadas emocional, físico y espiritual. Puede equilibrar y aumentar sus energías, y encontrar las raíces de enfermedades y bloqueos, que conducen a un completo equilibrio, concentración y tranquilidad. Además, las gotas se expanden en su visión espiritual y la conciencia, y puede mejorar su capacidad de leer las intenciones de otras personas.
Las gotas oculares Sananga están hechas por la raíz y la corteza de la Tabernaemontana Undulata y proviene directamente de la comunidad de Kaxinawa (Brasil) que infunden las gotas con intenciones de absoluta claridad y enfoque.
Este sagrado y potente enteogeno es utilizado para curar dolencias físicas y espirituales, para despejar la mente y energías obteniendo una completa nueva forma de percepción y enfoque.
Sananga aumenta su visión de largo alcance, lo cual es importante para las visualizaciones y predicciones del futuro. Aparte de esto, las gotas se utilizan también para curar y mejorar una amplia gama de problemas oculares como la miopía, la profundidad y la percepción del color, la definición de imágenes, y la precisión en la detección, asi como para tratar enfermedades oculares, como el glaucoma, cataratas y ceguera y por último resulta muy eficaz para casos de rinitis y sinusitis.
Como estas gotas pueden ejercer tales efectos poderosos en su visualización, también son comúnmente aplicadas antes o durante las ceremonias de Ayahuasca y Kambo.
Las tribus indígenas, utilizan la sananga con el fin de curar la panema, un tipo de ” mala suerte “, ” desgracia ” e ” infelicidad ” que implica a veces la incapacidad de cazar. La tribu también utilizan la sananga para curar las enfermedades bacterianas del ojo, como conjuntivitis, orzuelo, Glaucoma , cataratas ceguera, enrojecimiento e irritación en los ojos. El jugo de sananga presenta una coloración verde-amarronado y un olor quemado.
Cuando cae en el ojo arde durante unos 3 MINUTOS, como si una gota de pimienta cayera en el ojo, seguido por una sensación de ligereza y suavidad ocular.
Durante el ardor provocado por la sananga, la persona siente que la región de la frente, donde se encuentra la glándula epífese y también se concentra la flema, se está revolviendo con energía, y hace que la flema y los dolores de cabeza se eliminen, al terminar el efecto la persona abre los ojos percibe el mundo más colorido y vivo, así como se centra en las imágenes del mundo material con más precisión y nitidez. Las gotas ejercen tales efectos poderosos en su visualización.
La sananga mira con energía tales padecimientos, ya que entendemos que toda enfermedad es psicosomática, naciendo primero en los sentimientos del individuo y después de influir en la capa energética del órgano en cuestión, se manifiesta densamente, por lo tanto, cuando se aplica, la sananga diluye las formas de pensamiento y energías negativas y desarmónicas que implica el cuerpo energético del ojo y la curación de la energía de las enfermedades del ojo. Además de abrir los canales energéticos del ser humano para la visión interior, exterior y superior. De la región de la cabeza desciende una energía sutil y favorable para mantener los chakras abiertos, expande el aura y mantiene a la persona centrada y equilibrada emocional, mental y espiritualmente.
Para los kaxinawas, los guardianes ancestrales, la panema es un cúmulo de energías descalificadas que se encuentran presentes en el cuerpo energético de la persona, acumulada a través de una vida sedentaria, negativa y regado con hábitos y pensamientos perjudiciales para la mente y espiritu, que pesan el cuerpo energético del individuo, dejándolo apático, desanimado, triste, depresivo, estresado y físicamente pesado, haciendo imposible el éxito de la persona en sus relaciones, trabajo y metas de la vida en su conjunto A través de la sananga esta carga de energía negativa se elimina automáticamente, sintiéndose ligero, animado, capaz y revigorizado después de la aplicación, recuperando su energía vital.
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