Es tan único como cada persona que lo recorre. Al profundizar y comprender cómo encontramos el significado y qué nos conecta con nosotros mismos, podemos utilizar varias herramientas, espacios y prácticas para hacerlo de manera regular.
Conocer la naturaleza de la mente es conocer la naturaleza del miedo, la aversión, el apego, el deseo. También llegamos a conocer sus fuentes. Llegar al momento con la intención de sentarse con lo que pueda surgir es algo valiente. No sabemos con qué nos encontraremos y cuando nos acercamos valientemente al presente, invitamos a la intrepidez a nuestra vida.
La meditación es una herramienta increíble y el acto radical de sentarse con el presente es una forma en la que podemos cambiar el mundo. Esta práctica que aumenta la compasión, redefine nuestra relación con el dolor y se manifiesta dentro de nosotros como bondad amorosa hacia los demás, es la forma en que difundimos la paz de lo individual a lo colectivo. Evitar el sufrimiento y buscar la felicidad son deseos naturales y la herramienta de la meditación nos enseña cómo alcanzar estos estados de forma sostenible. Al observar el mundo que nos rodea, queda claro que necesitamos una sociedad más altruista y la meditación es una forma de manifestar ese altruismo interior.