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¿Cuándo fue la última vez que te mimaste? ¿Que pensaste en ti sin sentirte culpable o lejano? Nuestro retiro Amándome invoca hábitos de conexión contigo mismo, cosas tan sencillas pero vitales como disfrutar de un masaje, tomar la pausa para consentirte de manera honesta y genuina.
Así como debemos tomarnos una pausa para hacernos conscientes sobre quién somos y qué acciones o situaciones nos lastiman, también merecemos un momento de nosotros para nosotros. El momento activar la farmacia interna de tu SER.
A través de actividades con enfoque holístico al aire libre, ceremonias de cacao, respiración consciente, elaboración de artesanías, cantos, danzas, pintura de mandalas, temazcal, daremos espacio a tu propio ser, tu voz, tus sentidos eclipsados por perturbaciones e inseguridades que impiden el armonioso fluir de las sensaciones aliviadoras de tu totalidad.
Para los pueblos indígenas, la espiritualidad es energía, es esencia y es acción. De ella se desprenden los principios y valores por la que nos guiamos. Es allí donde encontramos el reconocimiento de atributos que capacitan para ser mejores personas. Pero así como podemos ser capaces de reconocer atributos, también podemos identificar aspectos que nos debilitan, nos lastiman, nos limitan y nos desdibujan.
A veces nos estamos enfrentando a dificultades y retos que afectan nuestra capacidad de amar, de ofrecer y de recibir compasión y conectar emocionalmente con el prójimo. Este centro de energía vital contribuye a nuestro bienestar emocional y físico. Por eso, cuando nuestro espíritu se desequilibra, puede desencadenar afecciones físicas, emocionales y mentales.
Tienes problemas para la creación o mantención de nuestras relaciones. Desde problemas de confianza, hasta miedo a la intimidad.
Sufres sensaciones constantes de estar abrumado, ansioso o deprimido.
Esta condición también se manifiesta mediante síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones y presión arterial alta o baja.
Uno de las señales más alarmantes de una espiritualidad desequilibrada es la insensibilidad frente a la vida o situaciones de otras personas, e incluso la nuestra, pues más allá de provocar falta de empatía, trae consigo una extrema desvinculación con tus propias cualidades humanas hacia ti y hacia tu entorno.
si la energía espiritual del corazón va mal, probablemente estemos por años arrastrando reconcomios y dolores añejos, capaces de impedirnos progresar a través del acto liberador de perdonar a los demás y dejar atrás las heridas del pasado.
Si quieres saber quién eres, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si deseas tomar decisiones acertadas, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si anhelas volver a tu origen, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si buscas descubrir tu verdadera esencia, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si deseas encontrar el camino hacia tu hogar interior, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres sanar tu mente, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres estar en paz, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres tener relaciones gratificantes y amorosas, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres disfrutar de la felicidad anhelada, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres claridad en cada decisión que vayas a tomar, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
Si quieres sanar, perdonar y ser feliz, ESCUCHA A TU CORAZÓN.
